Bailes de salón en la rehabilitación del movimiento en el daño cerebral – Método Tubía

Elementos de control motor y elementos cognitivos

Autor: Maite Tubía tejada

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La Rítmica Corporal Musical propone para la reeducación funcional del movimiento en el daño cerebral-hemiparesia, el aprendizaje de secuencias rítmicas y de pasos y figuras propias de los bailes de salón.

Este aprendizaje y práctica se lleva a cabo en dos etapas:

  • Primeramente se aprenden pasos de forma aislada en los ejercicios del programa de rítmica (marcha, desplazamientos laterales, equilibrio, etc.) por tratarse de secuencias rítmicas que establecen una dinámica armónica para el control del movimiento. Ayudan a encontrar las apoyaturas adecuadas para la carga del peso la percepción corporal y la orientación espacial.
  • En una etapa avanzada del entrenamiento se unen los pasos y figuras que consiga dominar el paciente en una coreografía de baile en pareja.

Cómo, cuándo, por qué introducir en el programa de reeducación funcional del movimiento en la hemiparesia, pasos y figuras de los bailes de salón.

Primera etapa:

Todas las sesiones de rítmica, durante todo el período de entrenamiento, empiezan con un ejercicio de marcha al ritmo de la música. El paciente se familiariza con los ejercicios de marcha y todos los elementos que tiene que corregir para que ésta sea lo más organizada y simétrica posible en cuanto a la postura, la distribución del peso, el ritmo en los pasos a la velocidad adecuada, la longitud de la zancada, la orientación de la pierna y el pie.

Lo primero a instaurar es el ritmo en los pasos y que éstos sean seguros. Si una persona lleva el ritmo en los pasos significa que se apoya el mismo tiempo en una pierna y en la otra. Las piernas se van alternando en la carga del peso. Si no lleva el ritmo en los pasos significa que hay una asimetría en la distribución del peso: una de las piernas va sobrecargada y la otra no realiza su función correctamente.

Hay personas con hemiparesia que sin ningún control para corregir la marcha pueden ir a 76-82 pasos/minuto. Esa no es su velocidad de dominio de la marcha si no cargan correctamente el peso en la pierna afectada y la arrastran, retrasan el hemicuerpo del lado afectado, no hay ritmo en los pasos, la longitud de la zancada de ambos pies es desigual, el brazo afectado adopta una actitud de protección. El fin que se persigue no es que el paciente camine el máximo número de metros sino la organización de la marcha. En la rítmica, bajaremos la velocidad con la ayuda de una pieza musical, por ejemplo: a 60 pulsos/minuto (que se traduce en 60 pasos/minuto) y ello permitirá empezar a corregir conscientemente los elementos que fallan. El paciente se detendrá todas las veces que pierda la mínima organización que es capaz de mantener. Este período requiere paciencia al terapeuta y al paciente porque vamos a tener que parar cada pocos pasos. Sin embargo, todas las correcciones conscientes harán que la marcha vaya cogiendo un automatismo. Será bueno que cuando el paciente consiga mantener la organización de la marcha durante 3 canciones seguidas le recordemos la etapa en la que en una sola canción parábamos 5 veces.

Para el joven que veremos en el video 1 de este artículo, con hemiparesia congénita y discapacidad intelectual, su velocidad mínima rítmica al inicio del entrenamiento era de 58-60 pasos/minuto. A esta velocidad podía concentrarse en intentar vencer sus dificultades, que eran las siguientes:

-arrastraba el pie derecho

-la pierna y el pie estaban en rotación externa

-la rodilla derecha no se flexionaba

-espasticidad en el tobillo y sin movilidad en el pie derecho

-el hemitronco derecho estaba retrasado

-la pierna derecha no cargaba correctamente el peso y al estar de pie en la estática permanecía posada en rotación externa.

La velocidad de la música en el video en el que practica un baile en pareja es de 104 pulsos/minuto.

Un gran número de ejercicios complementarios forman parte de los ejercicios de marcha del programa de rítmica. Consisten en introducir en la marcha secuencias rítmicas y coordinaciones de los brazos-manos.

Los pasos laterales también se empiezan a aprender al inicio del entrenamiento. Una vez que el paciente ha mejorado en los ejercicios de desplazamientos laterales simples, la primera secuencia rítmica que aprende es -Secuencia rítmica en líneas paralelas articulando desplazamientos laterales con desplazamientos hacia delante.

La siguiente secuencia rítmica a aprender es el -paso básico de rumba (y merengue) para mejorar la carga del peso en la pierna hemiparésica y para controlar la detención del movimiento sobre dicha pierna. Una vez aprendido el paso básico de rumba, el paciente lo practica en el sitio sin avanzar para dominarlo. Posteriormente, dentro de un ejercicio de marcha al ritmo de la música, intercalará el paso de rumba cada dos pasos. Conviene practicarlo con ambas piernas.

Fig. 1 Fig. 1 Esquema de los pies al caminar. PD: pie derecho; PI: pie izquierdo. Los números significan el orden en el tiempo. La flecha señala el sentido del desplazamiento.

Descripción del paso básico de rumba cuando lo realiza el pie derecho:

Fig. 2 Paso básico de rumba y merengue:
1 PD: paso adelante (simultáneamente el pie izquierdo se levanta un poco)
2 PI: marca (pisa sin desplazarse) (simultáneamente el pie derecho se levanta un poco)
3 PD: paso atrás (simultáneamente el pie izquierdo se levanta un poco)
4 PI: marca (simultáneamente el pie derecho se levanta un poco)
Repetir la secuencia dando los pasos con el pie izquierdo y marcando con el derecho.

El aprendizaje de esta secuencia rítmica requiere un trabajo cognitivo, un esfuerzo mental de dominio del cuerpo.

El paso básico de rumba tiene los siguientes elementos de control del movimiento al intercalarlo cada 2 pasos:

  • Detener la marcha con la pierna afectada
  • Llevar el peso atrás con un paso atrás de la pierna afectada
  • Reanudar la marcha con la pierna afectada sin perder el ritmo
  • Marcar: el pie sano se levanta y pisa tras cada carga del peso en la pierna afectada.

Segunda etapa:

Es una etapa en la que el paciente ha progresado y ha conseguido mejorías en el control motor y cognitivo de los ejercicios de marcha, desplazamientos laterales, ejercicios de brazos y manos, etc.

Cada ejercicio del método de rítmica es en sí una prueba. Si el paciente supera un ejercicio significa que ha mejorado un aspecto cualitativo del control del movimiento.

La selección de ejercicios del programa total de ejercicios de rítmica se adapta a las dificultades motoras y cognitivas de cada paciente.

Las mejorías mínimas que tiene que lograr un paciente con daño cerebral-hemiparesia, que está siguiendo un entrenamiento en Rítmica corporal musical, para incorporar el aprendizaje de coreografías de bailes de salón a su proceso de reeducación funcional del movimiento son:

1 Camina al ritmo de la música a la velocidad adecuada en línea recta y en trayectoria ovalada. Camina en un abanico de velocidades: 70 pasos/min…80 pasos/min…90 pasos/minuto… incluso 100 pasos/minuto, sin arrastrar los pies, manteniendo constantes las características de la marcha.

2 Realiza desplazamientos laterales simples a derecha e izquierda

3 Ha mejorado el movimiento y tono muscular de los brazos. Está familiarizado con determinados ejercicios con los brazos y ya levanta el brazo afectado por encima de la cabeza, aunque su postura no sea todavía la correcta.

4 Está familiarizado con determinadas sensaciones propioceptivas en ejercicios en pareja con el terapeuta. Estas sensaciones son:

  • Llevar y seguir: en un gran número de ejercicios el terapeuta lleva al paciente para que sienta el movimiento bien hecho y de esta manera tenga una referencia para la planificación del movimiento. El paciente siente el movimiento bien hecho sintonizándose con el cuerpo del terapeuta para que ambos se muevan al unísono. El terapeuta puede manejarle con ambas manos.
  • Descarga del peso con las manos como punto de apoyo.
  • Anulación de fuerzas con las manos como punto de apoyo
  • Rebotar con las manos
  • Alzar y caer
  • Tensión-tracción

5 Camina hacia atrás

6 La movilidad de manos y dedos ha mejorado y es capaz de corregir la postura en flexión de la muñeca en los ejercicios de este método de rítmica ideados para ello.

7 El paciente realiza ya las coordinaciones brazos y manos-piernas más simples de los ejercicios complementarios de la marcha y de desplazamientos laterales.

Orden progresivo en el aprendizaje de los pasos de baile:

1 Paso básico de rumba

Es el primer paso de baile que aprende una persona con hemiparesia, por los elementos de control del movimiento que tiene este paso y que son:

  • Detener el movimiento de avance hacia delante con la pierna afectada
  • Llevar el peso atrás sobre la pierna afectada
  • Levantar el pie de la pierna sana y pisar en el instante exacto
  • Reanudar la marcha articulando de forma continua durante toda una pieza musical 2 pasos + paso de rumba → 2 pasos + paso de rumba…

El paso básico de rumba permite trabajar esos 4 elementos de control del movimiento de forma armónica y con la referencia temporal de la música que va a marcar la velocidad óptima para la coordinación audio-motora.

2 Marcar: levantar alternativamente cada pie para pisar en el sitio sin avanzar.

Al paciente le resulta más fácil avanzar hacia delante que permanecer en el sitio al levantar cada pie para pisar.

3 Articulaciones espaciales

  • Articular con fluidez el cambio de sentido de pasos hacia delante y pasos hacia atrás.
  • Articular con fluidez el cambio de sentido de pasos laterales hacia la derecha y pasos laterales hacia la izquierda
  • Articular con fluidez el cambio de pisadas en el sitio a:

-pasos laterales

-pasos hacia delante

-pasos hacia atrás

-paso básico de rumba

4 Llevar y seguir

Practicaremos con el paciente una forma cerrada de llevarle y una forma abierta.

Forma cerrada: paciente y terapeuta uno al lado del otro.

Cuando el paciente está aprendiendo a intercalar las secuencias rítmicas de los ejercicios de marcha le llevamos de una forma cerrada para que sienta mejor el movimiento bien hecho. Para ello, el terapeuta rodea con su brazo y mano la cintura lumbar del paciente y le ofrece la otra mano por delante (el paciente pone su mano sobre la palma de la mano del terapeuta)

Forma abierta: paciente y terapeuta uno frente a otro

 El terapeuta coge las manos del paciente y le marca señas como se marca en el baile en pareja, para que sienta que va a haber un cambio de sentido o un cambio a una secuencia rítmica y se familiarice con estos gestos del terapeuta.

5 1ª Vuelta

Es la vuelta más anatómica.

Paciente y terapeuta frente a frente cogidos de las manos.

El terapeuta levanta su brazo izquierdo de manera que junto con el brazo derecho del paciente forman entre ambos un arco. El terapeuta le marca con su mano al paciente en la cintura lumbar que pase por debajo del arco y vuelva a la posición de frente a la pareja (los brazos también vuelven a la posición de partida). El giro en esta vuelta es de 360°.

Elementos cognitivos de esta vuelta: percepción de la trayectoria y orientación espacial.

Dificultades cognitivas y motoras que tendrá el paciente:

  • Puede que se quede parado de espaldas al terapeuta o a un lado
  • Perderá el ritmo en las pisadas, pero esto no importa. Lo que importa es que perciba y realice la trayectoria de darse una vuelta sobre sus pasos. El punto de partida es de frente al terapeuta y la posición final también es de frente al terapeuta. El hacérselo saber le ayudará para orientarse en la planificación del movimiento y vencer la tendencia a irse en dirección contraria.
  • Dificultad motora: al estar intentando el paciente un movimiento complejo de todo el cuerpo, la espasticidad aumentará en el brazo afectado. No importa. Le haremos saber al paciente que aumenta la tensión en el brazo que levanta, que flexiona el codo y baja la cabeza. Con la práctica el paciente controlará mejor que no aumente la espasticidad.

La mirada en las vueltas

En las vueltas hay un detalle importante a tener en cuenta, que es la mirada.

Las personas sanas que se marean al dar vueltas en el baile, es porque van fijando la vista en distintos puntos de la periferia, de las paredes de la sala. En cuanto se pierde de vista a la pareja por un lado (el izquierdo) hay que buscarle la mirada por el otro (el derecho).

Le pediremos al paciente que nos busque con la mirada y para ello le avisaremos. Cuando el terapeuta vea que es el instante oportuno, mientras completa la vuelta le dirá: ¡mírame!,

6 Paso abierto-atrás de rumba

Ambos pies se alternan en dar un paso atrás (en ligera rotación externa) y volver a la posición de pies uno al lado del otro.

Al hacer en pareja este paso, cogidos de las manos, los cuerpos de terapeuta y paciente se pondrán de perfil uno respecto a otro. Simultáneamente, el terapeuta con su mano-brazo le marca al paciente la seña del cambio a esta secuencia (el paciente se unirá a la coordinación de los brazos-manos que hace el terapeuta y ambos se moverán en espejo).

Como la espasticidad en el brazo afectado aumentará, le haremos saber al paciente este hecho y, despacio, despacio, hará la coordinación correspondiente, intentando que el brazo lleve un tono muscular más natural.

Fig. 3 Paso abierto – atrás de rumba y merengue:
1 PD: paso atrás rotando la pierna y el pie hacia fuera. El cuerpo mira a la derecha (simultáneamente el pie izquierdo se levanta)
2 PI: marca (simultáneamente el pie derecho se levanta)
3 PD: cierra colocándose junto al izquierdo
4 PI: paso atrás rotando la pierna y el pie hacia fuera. El cuerpo mira a la izquierda (simultáneamente el pie derecho se levanta)
5 PD: marca (simultáneamente el pie izquierdo se levanta)
6 PI: cierra colocándose junto al derecho
La mirada (y la cabeza) se mantiene durante toda la secuencia hacia los ojos del terapeuta.

Este paso, por la dinámica que establece con el peso, ayuda a encontrar las apoyaturas adecuadas al dar un paso atrás. Ello repercutirá en el movimiento natural del paciente cuando en la vida cotidiana de pronto tenga que dar un paso atrás (al abrirse una puerta, si algo le desequilibra, etc.) Los movimientos conscientes, con la práctica se hacen automáticos e influyen en los reflejos a algo inesperado.

7 Paso lateral de la rumba

Fig. 4 Paso lateral de rumba y merengue:
1 PD: paso lateral a la derecha (simultáneamente el pie izquierdo se levanta)
2 PI: marca (pisa sin desplazarse) (simultáneamente el pie derecho se levanta)
3 PD: cierra colocándose junto al izquierdo
4 PI: paso lateral a la izquierda (simultáneamente el pie derecho se levanta)
5 PD: marca (pisa sin desplazarse) (simultáneamente el pie izquierdo se levanta)
6 PI: cierra colocándose junto al derecho

8 Articulaciones espaciales

El paciente se familiariza con cambiar del paso básico de rumba al paso abierto atrás y con cambiar a pisadas en el sitio.

Cognitivamente se trabajan el mantenimiento en mente, la capacidad de cambio de movimiento y la secuenciación, además de la memoria cinestésica de cada paso y figura. También se familiariza con las sensaciones propioceptivas de las señas que le hace el terapeuta con sus manos y brazos para marcarle que va a haber un cambio. El paciente sentirá las dos partes de una seña, que son impulso y gesto.

9 Enrollarse y desenrollarse

El paciente aprende la figura de enrollarse y la seña (tensión-tracción) que le hace el terapeuta para llevarle a que la haga.

El giro es de 360°, tanto al enrollarse como al desenrollarse.

10 Vuelta de atrapar entre los brazos

Esta vuelta va a servir para orientar al paciente en la planificación del movimiento de la figura 11, que es la vuelta para cambiar de sitio.

11 Vuelta para cambiar de sitio

Es la figura más compleja de todas, pero también la más atractiva para el paciente por su revuelo.

Paciente y terapeuta intercambian sus sitios, alternándose en pasar por debajo de los arcos que forman con sus brazos levantados.

Dificultades cognitivas: los elementos cognitivos que trabajará el paciente son:

-percepción y orientación espacial

-coordinación audio-motora: al cambiar a una trayectoria de giro el paciente perderá el ritmo en los pasos. Tendrá que hacer un esfuerzo cognitivo consciente para mantener el ritmo. De esta manera el mantenimiento del ritmo se hará automático. Los movimientos conscientes con la práctica se hacen automáticos.

Coordinación de los brazos: en esta vuelta participan los dos brazos en una alternancia de movimientos. Cada brazo por separado sube-baja y queda en reposo y a continuación el otro brazo hará lo mismo manteniendo el ritmo.

Entrar a tiempo: paciente y terapeuta se alternan en el turno de giro. Cuando uno gira el otro espera y cada uno tiene que entrar a tiempo en el instante que le toca girar.

Control del movimiento de los ojos: la mirada

En esta vuelta para cambiar de sitio, el giro del cuerpo es de 180°. Al completar la parte final del giro las miradas se vuelven a encontrar. Ayudaremos al paciente a tener presente la mirada avisándole en el instante que tiene que buscar la mirada del terapeuta.

Dificultades motoras: al aprender esta figura aumentará la espasticidad al levantar el brazo afectado.

Al estar intentando el paciente un movimiento complejo de todo el cuerpo, la espasticidad aumentará en el brazo afectado. No importa. Le haremos saber al paciente que aumenta la tensión en el brazo que levanta, que flexiona el codo y baja la cabeza. Realizaremos despacio, despacio la vuelta, poniendo el terapeuta su mano en la axila del paciente cuando empieza a levantar el brazo y en el instante que aparece la espasticidad le pediremos que relaje el brazo con calma y estire más alto el brazo. El paciente se da cuenta de que puede mejorar este hecho y con la práctica controlará mejor que no aumente la espasticidad.

Siempre que el tipo de lesión y su localización lo permita, la forma de proceder descrita en este artículo está enfocada a mejorar dificultades motoras y cognitivas consecuencia de accidentes cerebro-vasculares (ictus) en territorio de la arteria cerebral media izquierda o derecha y traumatismo cráneo-encefálico (con lesión principal en el lóbulo frontal), con el fin de recuperar el control del movimiento. La forma de proceder es la misma si se trata de daño cerebral congénito con hemiparesia y discapacidad intelectual. En este caso, el paciente no tiene experiencia previa de control del movimiento, con lo cual el fin será desarrollar el movimiento.

El desarrollo del movimiento rítmico y de destrezas de danza es una maduración del sistema de control motor del ser humano. Movimiento e intelecto están unidos. En una persona con discapacidad intelectual, el aprendizaje de bailes de salón contribuirá a un mejor entendimiento de su cuerpo y de qué es un esfuerzo mental de dominio de sus movimientos. También conocerá la interacción-comunicación que se produce entre dos personas en el baile en pareja.

En el video 1 podemos ver los logros, en el baile en pareja, de un joven con hemiparesia congénita y discapacidad intelectual después de 3 años de entrenamiento en el método Tubía de rítmica corporal musical. Las dificultades motoras que tenía al inicio del entrenamiento están descritas al principio de este artículo. La velocidad mínima rítmica en los ejercicios de marcha al iniciar el entrenamiento era de 58-60 pasos/minuto (la de la música 58-60 pulsos/minuto). La velocidad de la música en este video es de 104 pulsos/minuto.

Aprender a bailar en pareja es una actividad cultural. Saber bailar aporta armonía, expresividad, belleza, alegría, aumenta la autoestima, favorece la comunicación, las relaciones interpersonales y la participación en fiestas familiares y sociales. Una persona con discapacidad intelectual que tiene además hemiparesia, se siente motivada a mejorar sus dificultades con ejercicios rítmicos porque ella misma aprecia lo que va consiguiendo en el movimiento de sus manos, de sus piernas, en hacer actividades que nunca había hecho y descubre la capacidad que tiene para aprender a bailar y disfrutar.

1 comentario en “Bailes de salón en la rehabilitación del movimiento en el daño cerebral – Método Tubía”

  1. Excelente trabajo Maite Tubía. No cabe duda de que tu método es muy apropiado para desarrollar nuevas capacidades en tus alumnos y, también, mejorar las que ya tienen. El movimiento intencionado y creativo, la danza y el ritmo forman un corpus de experiencias vitales que permiten a las personas con limitaciones en el movimiento o con daño cerebral mejorar sus prestaciones corporales y llegar más allá en el ámbito de las emociones positivas y las experiencias vitales. Enhorabuena por todo lo que aportas.

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